jueves, 23 de octubre de 2008

Artículo para "Impressiones"

“Cosas que me aterran”

Hoy es viernes 13 de octubre de 2006 cuando he decidido escribir este pequeño ensayo después de haber recibido un correo electrónico del director de la revista digital “Impressiones” comentándome si podía colaborar con algún artículo o poema para el especial del mes de noviembre “Terror en el Arte”. Para ser honesto es la cuarta o quinta vez que recibía esta invitación y no se me ocurría nada con lo que colaborar.

Así es que me puse a cavilar camino a casa desde la biblioteca del pueblo y me puse a imaginar la cara de terror que pondrían los caballeros templarios cuando una bula papal los declaró herejes,evidentemente el fin era no pagarles unas deudas a los caballeros, como ya algunos saben.
Según cuenta la historia el 13 de octubre de 1307 la Santa Inquisición persiguió a la orden de los Caballeros Templarios por orden del Rey Felipe IV de Francia, acusándola de celebrar rituales paganos. Muchos fueron asesinados en el acto y otros condenados a una matanza colectiva en la hoguera con la anuencia del Papa Clemente V. No obstante, un gran número de caballeros consiguió escapar y llevar consigo secretos que hasta ahora se prestan para muchas especulaciones.

De ahí nace la tradición de llamar al viernes 13 un día de terror o mala suerte según el Dr. Dan Brown. Aunque ya en algunas sociedades se ha cambiado por martes 13.
Pero no me apetece hacer un artículo serio del tema, así es que me estoy acordando de la cara que puso un colega de mi trabajo al que llamaremos por su apariencia imponente y maciza Hércules cuando nos enviaron a ensamblar unas sillas en la fábrica de plásticos donde trabajo y él se puso a limpiar unas piezas que habían estado a la intemperie y encontró una araña. Por la descomposición de su rostro descubrimos que le tenía terror a estos minúsculos seres vivientes. Hasta el día de hoy no quiere volver a hablar del tema que acaba arrancando más de una carcajada indecente.
Así que por mi integridad física omito mención alguna a los arácnidos delante de Hércules.
“El que este libre de terror que tire la primera piedra” , contra Hércules claro está.
Todos hemos sentido terror en algún momento de nuestra existencia como dijo un sociólogo: “Esta sociedad nace en temor, crece en temor y muere en temor”.
Estoy pensando ahora mismo en la evolución del terror desde cuando pequeños ya nuestros padres o hermanos mayores nos van acondicionando al terror mediante gestos del “Coco” o “Cuco” ú otros fantasmas para asustarnos, mientras ellos se parten de risa (de ahí que creo en cierta relación morbosa entre terror y entretenimiento) incluso desde la canción de cuna “duérmete niño, duérmete ya que sino viene el coco (cuco) y te comerá”. Luego el cuento de caperucita y el lobo feroz de temibles dientes y garras que se zampa a la abuelita. Las historias de terror que nos contaban en las noches de invierno antes de meternos entre las heladas sábanas para hacernos tiritar más. Quizás para quemar algunas calorías cuando la estufa no funcionaba. Las visitas al “Castillo del terror” en los parques de atracciones (¿Por qué será que nos atrae sentir miedo o será para aprovecharnos del terror ajeno y meterle mano a la vecina de al lado?). Y cuando dejamos de creer en Papa Noel o los Reyes Magos (según la tradición de donde hayamos nacido) nos empieza a aterrar la aparición de las primeras espinillas o granitos faciales y a ciertas adolescentes el terror de quedarse embarazadas después de su primera experiencia sexual.
Ya sé que a estas alturas os estaréis preguntando y que cosas le aterran al que suscribe este artículo. Pues me aterran muchas cosas. Pero voy a hablar de las menos serias ya que de las serias se ocupan ya los noticieros.
Como le comentaba a mi buen amigo Daniel, un día que hacíamos tiempo en un bar del centro de Madrid tomándonos unos cubatas antes de entrar al cine, sobre las cosas que me dan pánico esta en primer lugar el sufrir un apretón de estomago en la calle y tener que buscar un servicio en algún bar o restaurante a la vista y que no te dejen usar los servicios por no ser cliente y si lo hacen ir tan deprisa que no has caído en cuenta que después de desahogar tu estomago no hay papel higiénico!!! No sé si le habrá pasado esta situación a alguno de vosotros fieles lectores de “Impressiones” pero créanme que es una situación aterrante que no deseo a nadie.
Un consejo útil: evita picar de los recipientes de cacahuetes, chips o palomitas que están en la barra de los bares porque no sabes quién ha metido las manos.

En segundo lugar es cuando tengo que tengo que ir a casa de alguien que exige se descalcen para entrar y me acuerdo entonces que llevo puesto los calcetines agujereados justo en el dedo gordo del pie. Calcetines que por cierto había jurado tirar hace 5 fines de semanas
En tercer y último lugar (no pretendo aburriros con mis cosas) me aterra pensar en que si llamo a una ex novia para tratar de hacer las paces después de muchos meses porque ahora sé que egoístamente la quiero me mande a la reverenda mierda y por ese terror acabo postergando unos meses más esa llamada. Prefiero seguir conservando la esperanza del “algún día”.

Podríamos escribir un rap o poema sobre el terror y hoy lo intentaremos:

Cosas que me aterran

Si me invitas a tu hogar
No me pidas que me descalce
Hay dos agujeros que me están haciendo temblar.

Dedos gordos, dedos gordos
Garras de lobo
Hay que bochorno.

Terror, horror
Se te rompió el condón
Cuando solo jugabas a la paciente
Y al apuesto doctor.

No hay papel higiénico
Al final del apretón
Ay, ay , ay que situación.

Terror, rubor
Cuando un pedo se te escapa
En un sobrecargado ascensor.

Telas de araña,
Sabanas heladas
Noches macabras.
No más cuentos de hadas.

Duérmete coco duérmete ya
Que viene caperucita y te va a azotar.

Faldas cortas y una buena ocasión
En el castillo del terror.

Dedos gordos, dedos gordos
Y más garras de lobos
En el mundo de los morbos.


Este artículo se escribió para la extinta revista digital "Impressiones", quiero dedicarlo ahora pues a mi amigos de Comunideas Nieves, Dany y Luchito por lo viejos tiempos.

No hay comentarios: